9 septiembre, 2017
Buena parte de las actividades de gestión de un emprendedor se reducen al registro y organización de todo el papeleo contable de su pequeño negocio: facturas por allí, gastos por allá, impuestos que declarar por acullá… A veces lo que más nos asusta de la contabilidad no es tanto su complejidad como su resultado final: ¿Y si no me cuadran las cuentas? ¿Y si he hecho algo mal?